Las cámaras del hotel en el que estaba concentrado el Sevilla recogieron a Romaric y Zokora saliendo de noche y volviendo a altas horas de la madrugada en la noche previa al 5-0 en el Camp Nou.
Gregorio Manzano tenía conocimiento de la situación y solicitó visionar las cintas para comprobar con sus propios ojos la escapada de los dos mediocentros costamarfileños. Una vez comprobada la veracidad del asunto, informó al club, que multó a ambos jugadores con 30.000 euros a cada uno.
Lejos del silencio con que el club ha tratado el asunto, cuando lo ocurrido empezaba a ser un secreto a voces en la ciudad, sorprende sobre todo el trato deportivo que Manzano ha dado a ambos jugadores pese a la gravísima falta de disciplina que protagonizaron.
En el caso de Romaric, fue titular contra el Barça y protagonista directo de uno de los goles culés en una inocente cesión a Varas. Por su parte, Zokora disputó la segunda mitad en la bochornosa derrota. Urge, cuanto antes, una explicación de ambos futbolistas, que ya protagonizaron una situación similar en la feria del año pasado, y también del club.
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